De fiesta (y de compras)
Poca costumbre tengo yo de fiestas de estas de glamour total a golpe de jueves, pero se nos dió por probar en la fiesta de MANGO, organizado por la revista GLAMOUR; y la verdad, no estuvo mal.
Noche de compras en MANGO, con descuentos, sesiones de maquillaje, musica de un DJ y cocteles. Ese era el plan.
Aunque para estas cosas harían falta, en mi opinión, una tienda más grande o una lista más corta de invitadas ansiosas por beber, comprar y maquillarse, para que el evento no se convierta en un aburridísimo festival de colas.
Fuera llovía. Dentro vi sandalias, algunas con calcetines (sí...están en la calle! no solo en los blogs!) y medias de cristal con carreras infinitas. De esas tan brillantes que pensé que solo las llevarían las vedettes serie B.
¿Ya nadie se revisa las medias antes de salir de casa?
También vimos mucha media de topitos, momento 'plumetti' que a mi compañera de cócteles le recordaron a los 80. A mi, al invierno pasado. Pero no están los tiempos para tirar medias. Ni calcetines.
(Se nota que me encanta fijarme en los pies de la gente?)
Mirando más arriba, y en cuanto a looks, había de todo..desde quienes se tomaron la invitación al pie de la letra, con GLAMOUR incluido, a quienes fueron solo a comprar, a toda velocidad y sin probar el cóctel de la noche. Me faltó ver algun chandal para asumir que a este paso, nunca lograremos tener fiestas de verdad, si vamos a ellas con el mismo modelo con el que bajamos a por el pan.
Vayamos al grano. O a la cola.
8 de la tarde: La tienda es una sucesión de serpientes que recorren los pasillos. Colas y más colas.
La cola para maquillarse:
Tiempo de espera. Quizás horas. Estado: agotador.
Nos rendimos sin probar las sobadísimas 'paletas de 15' de las afanadas chicas de MAC que no pude ni contar la de ojos que debieron ahumar en unas horas.
Cola para el probador. Tiempo de espera: pocos minutos. Estado:Aceptable.
Cola para los cócteles. Aquí caimos entregadas. A pesar de que la espera era de varios minutos. Y repetimos varias veces. Y no solo por los ojos del camarero.
Cola para pagar. Infinita, de las que dan vueltas, (estilo BLANCO el primer dia de rebajas, seguro que ya sabeis de que hablo). Hay que tener valor y ganas de descuentazos para decir que vas a una pseudo fiesta, y pasarte HORAS a la cola de la caja.
11 de la noche. La fiesta es para las pacientes. Sin duda.
3 cócteles de JB&Manhattan después, media tienda probada por mis apasiondas compañeras de shopping nocturno, y un poco de buena conversación, dan resultado. Ni rastro de cola en el probador, barra de los cócteles libre y sin cola para pagar.
Así, más o menos, fue para mi esta fiesta, o 'como salir a las 11 de la noche de MANGO con un par de buenas compras con descuento y sin pensar en la mañana siguiente'.
Porque luego vinieron los mojitos.
8 de la tarde. Imposible moverse por la tienda.
Entre lo mejor de la noche, los cócteles.
A las decenas de niñas que posaban copa en mano, y faldas detrás o copa en mano y cara de 'me lo paso genial en la cola a pesar de que no se mueva' no les dijeron nada. Todo por un ahumado.
7 comentarios :
No nos dejes abandonadas tanto tiempo!!!!
Me ha encantando la crónica, con ese humor tuyo tan característico y que tantas sonrisas me saca de buena mañana!
ARTISTA!
Genial la crónica!!! Me encanta cómo escribes!! Sigue así, que lo haces muy bien!!;)
Me ha encantado leer tu crónica de la noche Mango!
Continúa con el blog!!
Diecisiete cosas,dieciocho comidas... qué lío.
Muy chévere tu crónica. El año que viene a los premios de blogs de moda de Marie Claire.Ya tenemos a la Carrie de Vigo
Me gustaría decir algo, pero no sé bien lo qué... Tú me entiendes.
XD
Besitos!!
PD: los ojos del camarero, paaaar de linternones, alumbraban toda la tienda, lástima que no fuera mudo... XDDDD
Hola!!! No sé si te llegué a dar las gracias por email o no por el colgante. Lo siento si no, pero es que llevo un lío entre emails, comentarios y tal que ni me aclaro. Me encanta el colgante. Muchas gracias. Es una cucada. Me lo pondré más.
xoxo
B* a la Moda
La verdad es que me hubiese encantado asistir pero un año más me lo he perdido!
Coincido con las demás: una crónica estupenda.
Un abrazo,
Catanya
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