Holanda trip-i

11/17/2006 diecisietecosas 3 Comments

Amanecer en la bahía del puerto de Rotterdam. Lo que se ve el hotel que estaba, practicamente encima del mar.


He pasado tres días super-intensivos en Holanda, en eso que los europeos llaman 'viaje de trabajo' y que se diferencia un poco de lo que los españoles llamamos 'viaje de trabajo'.
-Viaje de trabajo a la española: te llevan a un sitio chulisimo, tienes tiempo para hacer turismo, dormir la siesta y si puedes, bañarte en la fantastica piscina del hotel o spa, te dan de comer fantasticamente y posiblemente te emborraches por las noches y salgas de copas, confraternizando con el entorno.
-Viaje de trabajo a la europea: Te llevan a unos sitios chulisimos, que solo ves desde el autobús que te mueve de ciudad en ciudad, y te mueres de rabia de no poder hacer ni una horita de turismo guiri. Tus compañeros de viaje son viejos, extranjeros y solo saben hablar de su trabajo, que suele ser igual de aburrido que ellos. Te dan de comer genial (excepto el café aguado que el resto del mundo, más allá de la península considera como normal), pero comes a las 12 y cenas a las 7, y mientras cenas, te hacen la enésima presentación-con powerpoint- del día, te tienes que ir a dormir con la cabeza como un bombo, después de pensar en inglés todo el dia, hablar -lo que puedes en inglés- e intentar entender el apasionante mundo de la acuicultura sostenible, sin quedarte dormida por los rincones. Y después de cenar, te tienes que ir a dormir enseguida, porque al día siguiente, será igual, peor.
Y ni rastro de marihuana ni tulipanes.
Holanda es mucho más que los tópicos que la rodean. Y a pesar de todo, merece muchísimo la pena. Este fue mi segundo viaje de trabajo allí, y espero que no sea el último.

MOMENTO POSH.

Así lo definió mi nueva amiga guiri y compañera de mesa. Después de una cena de cinco platos (todos de pescado, dadas las circusntancias) en un restaurante completamente Dutch-pijo llamado Spangen (osea 'español'...y es que aun nos recuerdan de los tiempos de Flandes..jejeje..!), cinco vinos excelentes de distintas partes del mundo, llegó la hora del café y era Davidoff.

Posh-café tras la cena de cuatro horas. Parecía un menú de boda, pero mucho más minimal.

3 comentarios :

Si, si, pero yo aquí abandonao... ¡snif!

neskita dijo...
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
Anónimo dijo...

Que suertuda!!!
Menuda envidia....
Sandra!