¡Ni que esto fuera Madrid!


Un paseo delicioso por el Casco Vello de Vigo de hace unos años.

Este verano leía como algunos participantes en un grupo de Facebook (de esos tan activos que hay en nuestra ciudad y en muchas otras y que te recomiendan en unos minutos los locales con los bocadillos más grandes y más baratos) se escandalizaban mucho porque un empresario -intrépido él- había decidido montar un negocio diferente en medio de la playa de Samil. Que a dónde va con esos sillones, que a quién se le ocurren esos precios, que ni que esto fuera Madrid.

Hace unas semanas en algo parecido a una barra de bar, alguien se volvía  a escandalizar porque otros 'locos' empresarios se habían liado la manta a la cabeza invirtiendo no se sabe cuanto en un nuevo local  en el Casco Vello de Vigo. Y alguno después de visitarlo se sonrojó por pensar que ese lugar  'parecía un local de Madrid'.

Estos días leo a los nuevos gurús del fracaso empresarial dando ya por desastroso y acabado ese proyecto que ni siquiera ha empezado a caminar de algo parecido a un Mercado-espacio gourmet en el entorno del Mercado del Progreso. 'Como el Mercado de San Miguel, dicen'... pero de qué va esta gente... ni que esto fuera Madrid'

Y todo así,

Porque al parecer, en Vigo, esa ciudad de provincias que se pone el traje de provincias más de lo que necesita, no podemos permitirnos tener locales con sofás blancos y decoración cuidada, ni propuestas diferentes, porque esto no es Madrid.

Porque aquí lo que toca es buscar el bocadillo más grande, el churrasco más barato, y seguir escandalizándonos con los cafés sin churros gratis, y escandalizándonos más cuando una hamburguesa, -por Dios, una hamburguesa, ni que esto fuera Madrid,- cueste más de 3 euros.

Y tenemos que seguir diciendo, no antes de probar y antes de dejar que las ideas crezcan, no sea que la competencia y el buen hacer de alguien nos demuestre que se puede vivir al otro lado de la barra de algo más que bocadillos enormes y pinchos de pan con queso.

Claro que Vigo no es Madrid, Por suerte nunca lo será.
Y ojalá aquí siga habiendo -sin tener que ir a probar suerte a la capital- empresarios valientes que se lancen, prueben, arriesguen y ofrezcan cosas nuevas. Nos gusten o no los sofás blancos. O la tapicería barroca.
Que  probemos, sin miedo y sin prejuicios.  Y luego opinemos, sin perder la perspectiva.
Porque Vigo no es Madrid.

Ojalá algunos sean capaces de vez en cuando de dejar el traje provinciano colgado en el armario y salgan a recorrer mundo virtual, o mejor incluso, real.


El buen vigués (y la buena viguesa) del 2015



Acaba el año y llega el momento de repasar si el buen vigués o la buena viguesa ha cumplido todos los requisitos para serlo: vayamos con esas acciones tan viguesas que hacen de usted o de mi los vigueses a los que Leri abrazaría y regalaría una bandera.

1.El buen vigués tiene un selfie en el Dinoseto. O mejor, tiene varios. El selfie serio, ese que está en familia, con los niños, el que aún puede enseñar en el móvil, de cuando Dinoseto aún no estaba medio pelado, y unos cuantos más. También ese del del otro día, nocturno, en la cena de Navidad de la empresa, ese mejor no enseñarlo,  y la foto grupal con sus cuñados, los que vinieron a visitarle y conocer la ciudad. No se puede ser un buen vigués sin selfie con Dinoseto.

2. El buen vigués dijo que odiaba el barco de la rotonda de Coia. Ahora también tiene un selfie en la rotonda, sin cuñados, pero con el barco bien grande al fondo. Y cuando pasa alguna noche por la Avenida, y lo ve iluminado se le escapa ese pensamiento de 'Ay! pues no está tan mal' pero solo le dura un segundo o dos. No sea que se entere el señor alcalde.

3.El buen vigués llevó este año a entre 3 y 6 parientes o amigos a ver la playa de Samil, se cagó en Toralla, les contó la vida de Karina Falagan y a pesar de echar pestes de esta playa el resto del año, esos días les enseñó con orgullo  el paseo, las piscinas y las Cies al fondo. Y  tiene selfie playero con cuñados e islas.

4.El buen vigués este año tampoco ha ido a las Cies, pero las vende como el que más. Que si son espectaculares, que mejor que el Caribe, que menudas aguas, que yo me hice la ruta de faro sin perder el aliento. El año que viene dice que va seguro. Le falta el selfie con las gaviotas de las Cies.

5. El buen vigués se ha tomado ya unos cuantos vinos, unas cuantas cañas y unas cuantas tapas en el Casco Vello este año. Aunque se siga quejando de algunas calles abandonadas, le haya contado a sus cuñados de visita las historias de los burdeles y la de bocadillos de jamón asado que se comió de adolescente, y le parezca que ya hay demasiada gente en el barrio.

6. El buen vigués sigue apenado porque han cerrado esa papelería de toda la vida de Príncipe, el bar donde nunca entraba pero que un día se lo llevó la crisis, aquella mercería y un par de restaurantes donde recuerda vagamente comió alguna vez. Esos negocios que siempre estaban pero hace unos meses cerraron y no, usted no solía comprar en esa tienda, ni tomarse nada en ese bar.

7. El buen vigués odia a los del tiempo de la tele. Solo ve la información del tiempo en una cadena y no todos los días pero sí, está seguro de que nos sitúan mal en el mapa, siempre dan lluvias aunque tengamos solazo y nunca acierten con la predicción. El buen vigués este año ya ha mandado un par de fotos, tuits o mails a las cadenas para contarles lo indignado que está. Una de ellas al menos, desde Samil y otra con las Cies de fondo. No son selfies, pero están bien.

8.El buen vigués ha ido este año al menos a una manifestación multitudinaria de viguismo. Pudo ser la manifestación contra el nuevo Hospital o la procesión del Cristo.
Puede incluso que a ambas, lo que le da puntos extra en esta carrera por ser el mejor vigués posible.

9.El buen vigués ya ha visitado el nuevo Hospital Alvaro Cunqueiro en cualquiera de las modalidades posibles: enfermo, visita de urgencias, ingreso unos días, acompañante de enfermo, cita con el especialista, o visita rápida a su sobrino recién nacido. Un buen vigués, para serlo, tiene que haber pisado el nuevo hospital y haber comentado alguna de sus carencias. No es necesario para ser un buen vigués tener foto en el hospital pero podría aportar puntos extra.

9. El buen vigués está pensando en este momento 'de que va esta 'jicha' contando todo esto?'
Tranquilo, querido buen vigués (o buena viguesa), aquí todos somos jichos, comemos patatillas y parisien cuando nos dejan, y usted se merece la bandera y lo sabe.

Ojalá que el año que comienza nos dejen ser buenos (o malos) vigueses, pero aquí.






De la Avenida de la Florida al sofá de Risto.
El viaje de Lovely Pepa



Conocí a Alex (Lovey Pepa) una mañana de invierno hace varios años en una entrevista para la tele. El suyo ya era era uno de los blogs españoles más visitados, pero ella aún no era una blogger de las top. Y lo sé por una razón fundamental. Las blogueras muy top nunca llevan medias, haga el frío que haga. Eso nos lo dejan a nosotras, las mortales. Ella se presentó en aquella mañana gris con una medias marrones oscuras muy tupidas y un abrigo clásico marrón.

Así que a mí, esa mañana, se  me rompió un poco la imagen de estilo que me había imaginado al seguir su blog:  ir a una entrevista para televisión con medias color 'Carmelitas' (sé que unas cuantas generaciones de viguesas entendéis así mejor a qué color me refiero) y un abrigo marrón clásico no me parecía la mejor manera de lucir eso que se llama fashion style, pero allá cada uno (está claro que me equivoqué en el análisis visto el recorrido y el éxito. Y viéndola ahora, recorriendo mundo en manga corta y pierna al aire en pleno invierno, y posando con abrigos para sesiones de fotos en septiembre, supongo que estaría, sin saberlo, acumulando energía).

Por entonces no tenía un team detrás, ni era una marca, ni un personaje, como ahora, pero era lovely y 'era Pepa'. Porque a la cita acudieron su novio/fotógrafo (co-responsable con su abnegado trabajo del ascenso que tuvo su blog) y Pepa, aquella perrita que dio nombre a su blog y que  ahora ha desaparecido, a pesar de que en la separación de 'bienes' de su ruptura con aquel novio-team, prometieran mantener el régimen de visitas.

Han pasado los años y hemos visto como Alexandra pasaba de posar 'lovely' en la plaza de la Miñoca de Vigo o en el Parque de Castrelos, o en las playas viguesas, enseñando conjuntos que se compraba en las tiendas de la ciudad, (y que al día siguiente sus seguidoras corrían a buscar), a recorrer resorts de lujo y hoteles de medio mundo, como diría mi abuela 'a gastos pagos' y con prendas y accesorios de grandes marcas, que estoy casi segura, la gran mayoría de sus seguidoras no se pueden permitir  ni ahorrando un par de meses.

(Foto de Lovely Pepa)

Pero ella siguió subiendo y creciendo. Subían las visitas, los seguidores, y el team. Y su historia se podría estudiar en el futuro en las escuelas de marketing como ejemplo de éxito, de producto, o de burbuja, yo no sabría definirlo. Sus seguidoras han pasado en estos años de querer vestir como ella, a soñar con tener esa vida idílica que ella nos muestra cada día, de viajes, novio ideal, y bolsos carísimos. 
Por el camino, unos cuantos 'cadáveres', como en todo buen ascenso meteórico: el primer novio, la ciudad donde creció, alguna colaboradora... han ido desvaneciéndose,  mientras ella se convertía clic a clic en eso que llaman influencer

Las marcas le pagan cifras astronómicas por ponerse sus prendas, ir a sus eventos, subirse a ese coche, comer esos cereales (o hacer que los come), o pasar una semana de relax, después del estrés que provoca todo lo anterior en ese hotel de lujo que es el paraíso, al menos, el de esta semana. Y eso, nos guste o no, tiene mucho mérito. Para que se lo anoten en las escuelas de Marketing.




Anoche la vi sentada en el sofá de Risto, intentado definir el estilo, queriendo parecer 'normal', cuando todos sabemos que para mal o para bien ni su vida ni su personaje entra dentro de esa mal llamada normalidad, ni de lo que tenemos alrededor. Contando que rehuye las críticas por no 'ponerse mala' y hablando de 'su ciudad', así sin dar el nombre. 

Y entonces recordé aquella entrevista con abrigo, medias marrones, amor y perrita y cuando paseaba por la avenida de la Florida, cuando iba en chandal al súper y cuando la podías ver e incluso saludar en un Zara. Cuando solo era una chica normal, llena de sueños.


Los blogs están muertos




Que los blogs están muertos.
Eso es lo que me ha dicho mi señor marido (cuyos cómics estupendos podéis ver aquí, sí en un BLOG: http://seventeencomics.blogspot.com.es/) cuando le he contado mi intención revivir este blog.





 Este blog que comencé hace mucho tiempo, cuando las bloggers del mundo aún no recibían Vuittones ni Chaneles ni nada. Y posaban con abrigos de Zara en el parque de al lado de casa.

Pasaron los años y las historias, desde que me diera por contar aquí aventuras, hace más de 10 años. Y de repente me ha entrado mono de volver a contar esas cosas que me pasan, cuando salgo a recorrer mundo.

Porque pasan muchas cosas, por ejemplo, aquí al lado. En Vigo pasan muchas cosas y a mi me apetece contarlas. Hay gente que se mueve, que hace cosas, que tiene ideas geniales y lo interesante es poder contarlas, que se conozcan. Porque sí, porque Vigo mola. Aunque tengamos que escribirlo separado, con lo que nos gustaba ese hastag de #Vigomola y lo bien que nos venía para hacer campaña por lo bueno que tenemos.
Pero os contaré que una buena amiga mía y gran experta conocedora de las propuestas que ofrece esta ciudad descubrió que un señor italiano muy listo tiene registrado eso del #Vigo(lopongoseparado)mola.
Así que tendremos que seguir gritándolo, pero si darle ganancia al señor listo, que ni vive aquí ni aún ha venido a probar nada de lo que mola en esta ciudad.

Y así, sin que me financien con Chaneles, me dedicaré a hablar de las tendencias que me gusten, de moda, de barbas, de barras de labios, de locales chulísimos, y sin que me pague ni el señor italiano, ni el señor alcalde, me dedicaré a contar las cosas geniales que ocurran en esta ciudad. Lo que vaya saliendo.

Que sí, que tengo un blog, y sigue vivo, aunque todavía no sea bloguera, porque creo que ya soy demasiadas cosas, mi intención es llenarlo de aventuras.


Cada fin de semana -y algunos días más- recorro Galicia contando pequeñas y grandes historias en Informativos Telecinco. Y cuando no me dedico a subir y bajar la AP9, una de mis especialidades, me meto en el taller. Y diecisietecoseo un rato. 

diecisietecosas es una aventura personal en forma de marca, de accesorios llenos de color, originales, y muchos de ellos personalizados, que me regala grandes momentos, y me quita horas de sueño. Y no, no soy emprendedora, de esas que salen en los anuncios de los bancos, soy una multitarea de más de 40 años, que va sacando los días, las aventuras y los sueños, día a día.

Tengo una marca, y una miniminimini empresa. Y tengo un micro y un boli que a veces saco a hacer kilómetros. tengo una hija que también tiene un blog (¿pero no estaban muertos?) y un marido que hace unos cómics fantásticos. No soy blogger, pero tengo un blog. Y habrá que ponerse ya a llenarlo de historias. 

Aunque por ahí digan que los blogs están muertos.


Titu & Tita



Tita es la hermana de Titu.

 Le gusta hablar de culos y el color gris. Tita no es un peluche y por eso come con nosotros cada día. Hace mucho tiempo que Titu y Tita se vinieron a vivir a casa desde país Bebé. 


(si quereis conocer toda su historia, está en el blog de Valentina y podéis leerla en este enlace: 


http://pichurrillabm.blogspot.com.es/2015/07/historia-de-titu-y-tita.html

Somos una familia numerosa, contando a nuestros no-peluches


El banco más triste del mundo



Dicen que este es el banco más triste del mundo. 

Está en Cualedro (Ourense) y me ha tocado sentarme en él, hablar con los vecinos. De presente y también de futuro.

Son un puñado de vecinos que sufrieron este verano el incendio más duro en Galicia.


 Alrededor solo tiene monte quemado. 


Pero poco a poco empiezan a florecer estas pequeñas flores de azafrán salvaje o silvestre.


Ojalá pronto deje de ser un banco triste. 


Podéis ver el reportaje completo que hicimos para Informativos Telecinco en este enlace

http://www.telecinco.es/informativos/banco-vistas-desolador-Galicia-incendio-hectareas-calcinado_2_2073255052.html