Objetivos para el nuevo año

1/31/2008 diecisietecosas 5 Comments


Pensar solo en las cosas que merecen la pena.
Querer más.
Hacer más y pensar menos.
No dejar de mirar lo que merece la pena mirar.
Olvidar lo que no merece la pena recordar.
Hacer limpieza en los armarios, tirando la ropa que no me pongo y en el coco, eliminando todo lo que ocupa inutilmente sitio para hacer hueco a lo que de verdad tiene que estar ahí.

(Sï, ya se que me paso poco por aquí, pero es que en mi lista de tareas imprescindibles de cada día siempre hay unas cuantas que se me quedan por hacer...pero aquí seguiré aunque sea de vez en cuando)

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De casting

1/11/2008 diecisietecosas 3 Comments


Ahora que soy consumidora de tv a horas intempestivas, y que la uso casi como medicina para no dormirme, no hago más que ver programas de castings.
Tengo la sensación -y no soy yo sola- de que medio país está de castings.
Hay una generación de veinte-treientañeros que deben pasarse las semanas con la pegatina del número pegada casi a la piel.

Hay castings de cantantes buenos, de cantantes malos, de cantantes inmigrantes que sueñan con poder darle una vida mejor a sus niños 'allá', de humoristas malos y buenos, de magos insoportables, de bailarines, y hasta de malabaristas y payasos de circo.

Todos esos señores cuarentones que trabajan en los pequeños circos que recorren el país con mucha pena y menos gloria, se han puesto el traje de lentejuelas y se han ido de casting a probar suerte. Todos menos los domadores, supongo, porque en los programas que he visto de castings de animales, solo salían perros, así que los leones tendrán que esperar.
Ya te llamaremos, le habrán dicho.
Rugido al canto.

Quizás es que al final puede que sea verdad eso de que todos soñamos con nuestro minuto de gloria, y ese minuto grabado en el video de casa, encima de la cinta VHS que hacía años que nadie usaba, es un tesoro.
El minuto de la niña cantando una de Malú algo desafinada, del niño haciendo piruetas, o del hijo rebelde, bailando breakdance, y sorprendiendo a ese padre que siempre pensó que 'eso' era vaguear, y ahora descubre, porque se lo dicen en la tele, que ahí hay futuro.
Ese minuto se verá mil veces.
Y la madre, que vive para su niña o su niño, y es mucho más crédula que su marido, aunque lamente que no haya pasado a la siguiente ronda, -porque para ella, es el mejor,- cuando todos se vayan a la cama, casi a oscuras, irá al salón, y buscará el viejo mando a distancia del video que nunca usan, y le dara al PLAY de nuevo y llorará de la emoción, una vez más.

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